jueves, 4 de marzo de 2004

Depresiones

alexispena.blogspot.com

En estos días dificiles recuerdo muchas cosas, sobre todo momentos de mi adolescencia en los que exterminé depresiones muy fuertes a punta de buena música.

Ya no recuerdo la razón de estas depresiones, pero la música que escuchába en esa época no la olvidaré jamás, de hecho conservo las ediciones de esta música en vinil, y hace algún tiempo las conseguí en su versión digital.

Uno de estos discos es el primer trabajo de King Krimson, 'In The Court Of The Crimson King', uno de mis LP's favoritos, y 'The Dark Side Of The Moon' de Pink Floyd, un verdadero clásico, y el primer disco de mi propiedad.

Para ese entonces, yo no sabía nada de generos ni estilos, y era más romantica esta forma de escuchar la música, sin prejuicios, no nos limitábamos con estandares de estilos ni de forma, que de alguna manera inciden a la hora de juzgar y apreciar el arte, este grupo del que hablo actualmente esta catalogado como uno de los íconos del rock sinfónico progresivo.

Pero lo distrútabamos sin clasificarlo ni encasillarlo, y hablo en plural, porque para ese entonces compartía la música con un grupo de jovenes de los que tengo recuerdos muy especiales.

Eramos un grupo de amigos que coleccionábamos los discos de nuestros artistas favoritos, tener la colección completa de algun grupo o artista era un privilegio que no todos podíamos tener, los discos (LP) de fabricación nacional costaban 28 bolívares, y los importados 45 bolívares, que para ese entonces era buen dinero.

Hacíamos nuestras compras en varias tiendas, quedaban todas en los alrededores de Sabana Grande, comenzábamos a caminar en la entrada de lo que ahora es el bulevar, porque para ese entonces se construía la primera línea del Metro de Caracas, y dicho bulevar era un enorme hueco que terminába en Chacaíto, y teníamos que pasar por las estrechas aceras de los edificios de La Calle Real, que asi se llamaba entonces.

La primera parada era en 'Archivo Musical', una tienda que existió hasta hace algunos años, al lado del Gran Café , y que estaba muy bien surtida, vendían discos nacionales e importados, por supuesto, preferíamos las ediciones de afuera, que eran más caras pero mejor hechas, el papel de las carátulas, el vinil y el acabado era superior, además, venían incluídas las letras de las canciones, en un forro, por lo general tambien de un papel de muchísima calidad, que tenía ademas un olor a un perfume delicioso, que combinaba perfectamente con el sonido 'High Fidelity' por el que pagabas un poco más.

La segunda parada era en 'La Discotienda De Oro', que estaba ubicada casi en frente de la anterior, y era mucho más grande, estaba tambien muy bien surtida, y conseguiamos versiones europeas y japonesas, más caras, pero muy bien terminadas, y algunas versiones piratas de discos en vivo, que son piezas de colección actualmente, aunque de un poco menos de calidad en lo que al sonido se refiere. Esta tienda esta abierta todavía, a pesar de la piratería.

La tercera 'estación' era una librería, donde comprábamos las revistas de música, la que mejor recuerdo era 'Hit Parader', que era especializada en rock, era importada y costaba 18 bolívares, si mal no recuerdo, y la española 'Popular Uno', ambas todavía existen, pero estan más inclinadas al heavy metal , pero en ese entonces eran más genéricas en cuanto a estilos, y te enterabas de noticias, discos nuevos, artistas nuevos, lanzamientos de vanguardia, y se parecian más a lo que sigo siendo actualmente, un camaleón en cuanto al gusto.

Por lo general, entrabamos a esta tienda en grupos de cuatro o cinco, y cada uno compraba una revista, y se guardaba otra por debajo de la franela, que llevábamos por fuera del pantalón, para ese propósito especificamente. Y no nos sentíamos como ladrones, aunque sabíamos que estábamos robando, era un pequeño susto que pasábamos por la causa, que no era otra que estar bien informados, y no perdernos nada de lo que estaba ocurriendo en el glamoroso mundo del rock and roll. Era un juego de niños.

La librería se llamaba 'Steel Book Store', y creo que todavía esta abierta, pero el dueño, un viejito como de sesenta y algo, se dió cuenta que le faltaba dinero, y se 'puso las pilas', comprábamos igual pero no podíamos tener ya el 'bonus gift'.

Las dos últimas paradas eran en Chacaíto, en lo que ahora es la 'Plaza Brión', estaba 'Don Disco', todavía abierta, y aunque su especialidad era y sigue siendo el jazz y la música clásica, se conseguían buenos discos de rock.

Para terminar el períplo, 'La Media Nota' era el lugar perfecto, lo más variado en cuanto a rock, posters, franélas, y hasta cassettes importados, que era una rareza, pero, por supuesto, de mejor calidad que los hechos en casa, estaba ubicada en el Centro Comercial Único, éste todavía en el mismo sitio, aunque ya la tienda cerró hace bastante tiempo.

Y para cuando en Caracas no se conocía eso de las 'ferias' en los centros comerciales, antes de devolvernos a nuestras casas nos dabamos una vuelta por 'Le Drug Store', un verdadero adelanto en comida rápida, helados, una tienda de regalos, librería,y unos perros calientes deliciosos que vendían por metro, los primeros pasitos de un niño grande que ahora se llama 'Globalización', el terrible ascenso de las franquicias, monstruo terrible que no te permite otra alternativa, sino la de seguir una sola ruta: comer mal.

Luego les haré un recuento de los discos más importantes de esa época, una mezcla de estilos y tendencias bien interesante, casi todo de finales de los sesenta, los setenta completos y principios de los ochenta, que pasan a formar parte de otra historia, la de mi formación 'profesional' como músico.

Gustavíto Salamanquez, Beckembauer (El Chileno), El Español, Luis Alberto, Cachete (qepd), El Gordo Juan, Carlitos Delgado, El Vaquiro, El Feto (qepd), son algunos de los nombres de ese grupo de amigos, inseparables y unidos por la pasión y hasta la obsesión por el rock and roll y la buena música, compañeros del buen gusto y el conocimiento.

Recuerdo esa Caracas con nostalgia, una ciudad más tranquila, más parecida a lo que fuimos alguna vez, un pais de buena gente.