domingo, 21 de marzo de 2004

Ofrenda

alexispena.blogspot.com

En mi última bitácora olvidé mencionar a uno de los más importantes músicos de los años 70: Vitas Brenner.

El músico venezolano de origen alemán murió este pasado jueves 18, víctima de un infarto en la ciudad de Salzburgo, Austria, a los 57 años de edad.

Nació en Alemania el 19 de septiembre de 1946, y a la edad de cuatro años llegó a Venezuela, haciendo suyos el gentilicio, la venezolanidad y la música de nuestro país. Mezcló con una sabiduría única el rock, el jazz y los rítmos latinos con los sonidos autóctonos del folclor venezolano, investigó y fusionó como pocos lo han hecho los ritmos y corrientes de cada rincón de nuestro país, logrando una mezcla que muchos de nosotros, artistas más jovenes, admiramos y aplaudimos siempre, muy a pesar de que el legado de Vytas es actualmente casi desconocido en Venezuela.

A la edad de 12 años viajó a europa y luego a Estados Unidos, allí estudió en la Universidad de Tennesse, donde se graduó con honores por sus estudios de música, en el año 1972, regresa a Venezuela y empieza su carrera discográfica, grabando 10 elepés, y dejando para nosotros una obra realmente maravillosa y ademas muy exitosa, en ventas de discos y giras por el país, que en ese entonces tenía una política más abierta y justa en cuanto a la promoción de sus artistas se refiere.

Su trabajo discográfico comenzo con La Ofrenda de Vytas (1973), luego vinieron Hermanos (1974), Jayeche (1975), Ofrenda En Vivo! (1977), Ofrenda (1978), I Belong (1981), Estoy Como Quiero (1982), Vytas (1983), El Vals Del Mar (1986), Amazonia (1993) y Lo Máximo de Vytas Brenner (1994).

Dar un repaso a la obra de Brenner es dar un paseo por venezuela a través de la música, y es recordar lo maravilloso que fueron los 70 para la movida musical mundial, una década libre y relajada.

El sonido de Vytas era rock progresívo sinfónico, jazz, blues, arpa, cuatro y maracas, culo e' puya y tambores de la costa, vals y polo margariteño, era dar un paseo por la mente de un hombre que, como buen artista, no conocía límites a la hora de crear.

No hay manera más digna y elegante de morir, dejando semejante legado.

Rabia y verguenza sentimos los artistas venezolanos de saber que una obra de tanto peso no se conoce por generaciones más jovenes, de saber y conocer, que el futuro de muchos trabajos importantes de nuestra cultura son enterrados como en una especie de cuarentena, como si el pasado digno fuera una enfermedad, tenemos que cambiar la manera en que nos vemos a nosotros mismos, tenemos que encontrar la forma de evitar perder todos los dias la memoria, la única forma de encontrarnos es mirando hacia atrás, de lo contrario siempre seguiremos siendo un país superficial, adoptando posturas y modas pasajeras, y comiéndonos las porquerías desechables que nos quieren vender, por la única razón de que eso que nos quieren vender ya esta descontinuado en otras partes, o a lo mejor prohibído, porque descubrieron que da cáncer, o por que no esta de moda, pero nosotros todo lo compramos, y si no sirve lo botamos, y a seguir comprando.

Necesitamos que promocionen en radio y televisión, nuestra música, nuestros valores, nuestros actores, nuestra cultura, los artistas no son solamente los que salen en las telenovelas, el grupo es mucho más grande de lo que nos podemos imaginar, y algunos tienen más años trabajando de lo que podríamos creer. Exigímos respeto a la trayectória y a los nuevos talentos artísticos, para que la cultura no muera en el parto cada día de nuevo.

Vytas Brenner murió el jueves, y apenas salió alguna reseña en prensa.

Cuando murió Rómulo Betancourt en 1983, declararon 5 días de luto nacional, prohibieron la transmisión de música popular en radio y televisión, los espacios de cuñas se transmitieron sin música, y cancelaron dos conciertos que daba el grupo Queen en el Poliedro de Caracas.